Adolescencia de radioescucha y ahora, caminando el año 40 de mi era, también me encuentra cercano a la radio cansado de tanto cable y web 2.0
Desde mi viejo radiograbador BGH negro hasta mi netbook Acer One blanca, ha pasado mucha tecnología por debajo de ese imaginario puente que hago entre los dos aparatos tecnológicos.
A veces me encuentro haciendo lo mismo con mi netbook de cosas que hacia con mi radiograbador. Hago diexismo escuchando radios de Capital y de otros lugares del mundo, tal como lo hacia en la banda de AM y de onda corta. Con recordPad, un software para grabar lo que estas escuchando en tu pc, grabo temas de bandas nuevas en myspace, o en elsonar.com.ar , de la misma manera que lo hacía con mis casettes BASF o TDK en el radio grabador.
Era cuestión de escuchar música, de enterarte de lo que pasaba en el mundo, de buscar información. Cambiaron los aparatos tecnológicos, pero los motivos siguen siendo los mismos.
Leí por primera vez de Internet en una revista española llamada El Viejo Topo en 1996. Comprendí como se hacia realidad aquello que había aprendido en la escuela técnica en la década de los 80 sobre fibra óptica y una única red de datos, voz y video. Con el tiempo, el futuro que había llegado hace rato, era un presente tan palpable que era inimaginable pensarlo sin toda esta tecnología tan amigable, tan cercana a nuestras manos.
A pesar de toda esta oferta tecnológica, vuelvo a la radio. Hace unos años, cuando bajaban la Rock N Pop y en un ocasional trabajo nocturno, comprendí la compañía que era la radio. Acostumbrado a escuchar tema tras tema, como música funcional, que fue y es la norma en las FM locales, mas en horarios después de las 00; noté que la radio es mas compañía e incluso hace que el tiempo pase mas rápido si hay alguien que diga algo, que cuente algo sobre si mismo, sobre el tema musical pasado, o sobre cualquier tema.
Hoy por hoy, intentando encontrar esa compañía en la radio local, con conductores locales, con productores locales, nada encuentro, nada me conforma y todo me aburre. Big Bang de este blog que hace un mes se expande por el ciberespacio.
Esperanzado en las nuevas generaciones que han tenido espacios de formación como la escuela de periodismo y la carrera de locución, choco en mi búsqueda con la mediocridad reinante que ya he detallado por acá. Es bueno decir que me he tropezado con cosas buenas, que miran mas allá del techo que proponen los tradicionales realizadores de programas, tanto en radio como TV.
La vuelta a escuchar radio me ha puesto sensible y muy critico, por que si regreso a ella es por que quiero esa cuota de placer que da la pasividad de encenderla y escuchar. Y no he encontrado una que su programación me deje sintonizado por mas de media hora. Si no es por la música que cambia de estilo en tema en tema, es por el conductor que se quiere pasar por jodon y hace comentarios mediocres, o es por las consignas preadolescente de algunas radios para opinar o darle contenido al programa, o que sus conductores parecen jugar a ser locutor y salir al aire con nada, con ideas mínimas o definitivamente con ninguna.
Otro tema es si quiero informarme sobre la actualidad local. Están los que a pesar del interés de informar y ser críticos de la realidad, dejan mucho en la prolijidad de la emisión. Otros, se pasan de prolijos y límpidos que solo forjan una imagen seria y cuidadosa de no ser demasiado aspa vientos a ver si se vuelan los anunciantes. Otros, se mantienen en una única agenda de temas sin demasiado contacto con la realidad local.
Si no te gusta Bahía y su gente, no vivas en ella, fue la contestación desafortunada que Cano realizo a un mail de un oyente reflexionando sobre los bahienses a la hora de votar.
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