miércoles, 15 de julio de 2009

La primera noche sin Apo. Cuando lo bueno te deja, pensas que ya no hay nada mas.

Hay ciertos sentimientos que nos abordan el alma sin saber muy bien los cómo y mucho menos poder definirlo totalmente. Son esas dolencias indescriptibles que suelen acontercenos en momentos especiales y muy subjetivos por cierto, porque solo el que la tiene la siente y no la sabe explicar. Acaba de terminar Creep de Radiohead en FM Palihue. Primera radio que encontré después de dar el manotazo al dial eso de la una cuando comprendí que algo me faltaba.

Las noches en su mayoría las trabajo y las que no, mantengo el vicio de la radio encendida. Esta compañia radial es la semilla de este blog, porque en este último año descubrí de nuevo la radio cansado del zapping de trasnoche y la lectura con sueño. La radio es otra cosa. Y Apo con sus lecturas y entrevistas me conectó a otro mundo, a otros cielos. Algo que hace rato no me pasaba específicamente con la radio. 

En los 90, mas o menos sobre el 97, creo, cuando Malvinas aun no era rock nacional sino latino, romanticoneo y llamaditos, había un tipo que entre tema y tema se leia algo. Algún libro, una nota de una revista, no se pero lo leía con un carisma que solo por eso me prendía al programa. No recuerdo su nombre. Tampoco lo he oido más. El tipo me propocionaba esa imaginación que solo la radio puede dar. Hoy sin Apo me quedé con los pies en la tierra. No pude volar.

Según lo que vine leyendo en blogs y sitios web en esa hora sin Apo, parece que a Continental no le cerraban los números. Otros opinaban que Apo era demasiado pro K para la radio que se había convertido en una voz opositora muy clara. Leyes del mercado, leyes ideológicas que también son parte de un medio de comunicación y a veces atentan contra el oyente. A veces sin intenciones y otras con todas las intenciones.

A Alejandro lo esuchaba por lo que daba desde su voz al leer esas historias de Fontanarrosa, principalmente, y otros autores argentinos desde Cortázar a Borges. A otros los escucho por lo que piensan y lo que me dan en su sínteis para hacerme de un pensamiento propio. Y en eso la radio es una tremenda herramienta también.

Mientras que Paulino me mostraba la tumultuosa realidad, la soportaba porque tenía la seguridad de encontrar un oasis con Apo luego. Ahora estoy dudando si el ritual de todas las noches me seguirá gustando. Y un nuevo miedo me acecha: Qué tengo en la radio a esa hora para cambiar.

Audios de Alejandro Apo

http://apodenoche.blogspot.com/

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