martes, 14 de julio de 2009

FM de la Calle y una menera de hacer radio que aun puede dar más.

El lunes me acosté temprano por la paranoia de mi chica a la gripe A. No era para tanto, pero con ella al lado, mi Rolling Stone comprada en la mañana era tentador. Hojeándola un poco al comienzo me topé con la nota por el aniversario de FM la Tribu. su estética y su concepto de radio me puso en la cabeza de nuevo a FM de la Calle. Si la tenía olvidada un poco, era que ya estaba convencido de lo que proponen y empezé a migar para otros asuntos. Con rebelion.org mi necesisdad de ver "que otro mundo es posible" la tengo muy bien cubierta. 

El concepto de radio comunitaria es muy atractivo, y cuando salío al aire FM de la Calle puso una cuota de diferenciación con el resto al darle antena a un proyecto cultural integral. Se puede compartir o no idelógicamente, pero no hay nada que discutirle porque lograron mucho nucleando entorno a su otrora 88.3 y a su centro cultural a personas con otras inquietudes, otros sentimientos. 

Recitales, charlas, debates, teatro, eran posible ver y escuchar en su centro cultural como complemento de su actividad radial. Eso si era feedback del oyente. La repuesta estaba no en llamados, ni nada, sino en la convocatoria real que muchas radíos de hoy querrían. 

Maldición llego el verano, fue el programa que se emitía en vivo desde ese centro cultural y con público que llenaba la sala. Todo una hito en FM. Algo que no se veía desde que ya no hubo más radioplatea en las AM. Creo que el prof. Luis Sagasti (primo de Agustín el presentador de Canal 9), junto a Mkguel Martos (movilero de Canal 9) y a otro que no recuerdo, daban vida a desopilantes historias con personificación de voces y situaciones, y ponián a la creatividad volando a mil para movernos a los que presenciábamos el programa en vivo y por la radio a la risa y a pensar.

Fue una radio que ponía en práctica otra manera de hacer radio. Y en los 90 era aire fresco para ver la otra parte de la realidad que otros ocultaban por estar en la fiesta menemista de pizza, champang y cumbia. 

No resisitío sus contradicciones internas. Y fue por eso que al menos yo me fui alejando como oyente porque se notaron al aire. Cada tanto vuelvo a pasar por el ahora 88.1 y me engancho con algun programa que otro. Lástima que aun no tenga el LRI o LRM, porque asi como está sería una lástima perder una radio que aporta mucho a mantener un equilibrio entre radios pensada como kioskos y radio pensada como un proyecto de comunicación integral. 

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