miércoles, 2 de septiembre de 2009

Conductores que no dicen lo que leen, y otros que leen sin decir de dónde.

Ya me había sucedido antes. En esas pocas casualidades que me encontré escuchando la AM de LU2, noté como algunos conductores o comentaristas hacen una idea salida de su lecturas diarias, una idea que la presentan como propias. Y a veces, ponen a prueba su honestidad intelectual. R.E. Santiago, por lejos, junto a Mandará cuando estaba en la radio con su biblioteca, son los tipos mas leídos. Aunque esos libros sean Mi lucha de Hitler, o algún manifiesto preconciliar, ya es mas de lo que leyeron todos los del equipo completo. Por eso R.E. Santiago lo respeto pero aquel día lo agarre en falta. Lamentablemente no recuerdo el tema en que hacia su habitual equilibrio de las 10:55 de la mañana. Pero si recuerdo que parte de lo que decía al aire lo venia casi leyendo textual de una nota publicada por Paenza en la revista Veintidós, aun dirigida por Jorge Lanata. Es reconocida la amistad intelectual que Santiago tiene con Paenza, Víctor Hugo, y otros grandes. Pero en LU2, algunos nombres y medios alternativos al pensamiento único de la RADIO MADRE, suenan muy mal. Por eso R.E: Santiago se limito a decir como propio lo que Paenza lo había dicho como realmente suyo.

Eso fue hace unos años. Pero el lunes pasado, pase de La trama de la red, con Biaggetti y Margo, a de la Bahía con el Plan (de ningún Plan) J de J.P. Capodarca. Me detuve porque estaba leyendo una nota realizada a Cerati a horas de sacar su disco solista. No lo estaba diciendo al aire como que era de su producción, pero en ningún momento, ni siquiera al final, nombró desde que medio estaba leyendo la entrevista. Como lo sintonicé ya iniciada la lectura, puede que lo haya dicho al principio. No hubiera venido mal un recordatorio cada tanto. Alejandro Apo, en sus entrevistas radiales siempre cada dos preguntas, nombraba a su entrevistado. Era una de las lecciones que había aprendido de su maestro en radiofonía. Siempre le repetía que no te canses de decir con quien estás hablando porque siempre hay gente que se sintoniza en cualquier momento y debe saber con quien estás. Es la gran diferencia de tener un maestro y de no tenerlo.

Por los micrófonos bahienses, la improvisación sigue siendo la maestra mal paga que enseña a desgano, y dejan que sus alumnos hagan lo que quiera. Mientras el que escucha solo recibe la mitad de nada. 

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